La Santa Dinero

La Santa Dinero
2010

martes, 7 de abril de 2009

una historia real

Martes tempranisimo, me despierta un telefonazo...es el mecànico del auto que viene a ver que tiene...Si! es cierto , no invento nada...volvió a suceder...Me dejó en banda el Renault 11, el mismo que quiere ser protagonista del cortometraje.
Sin desayunar, actividad de importancia vital en mis mañanas , me dirijo al taller con el auto en precaria marcha...para ser arreglado. Regreso a casa en taxi , DESAYUNO, y me preparo para un casting de publicidad para el mediodia. Me pongo ropa deportiva; el acting de la publicidad consiste en: Una mujer que corre como en la inauguración de las Olimpìadas hacia la meta final que resulta ser, en este caso, un shopping (DOT) que se inaugurará en breve (este paìs da para todo; en medio de una crisis financiera que paraliza la actividad comercial , pero permite la colocación de capitales no blanquedos ...No voy a entrar en estas ni en otras disquicisiones que no me llevan màs que a enroscarme en mi propio discurso desesperanzado)

LLego al casting de la publi que me obliga a correr una mentirosa trayectoria. En el estudio de casting entran en orden de aparicion, quien les habla, una ucraniana que me supera en tamaño al menos 4 veces y una bonita morocha que por todo dato se que calza 40. El acting es sencillo , correr en el lugar con una antorcha en la mano derecha y hacer un breve trote hacia la meta final con un disimulado tropiezo y continuar la acción minimizando el incidente. Soy la primera en hacerlo...Troto, troto en el lugar...y AYYY!!! un leve CRACK y un dolor intenso me ataca mi gemelo derecho y me obligan a tirarme al suelo....el acting es PERFECTO...pero la realidad no es ficción...Todos me socorren , varios me aconsejan remedios , prácticas y demás yerbas. La ucraniana ejerce sobre mi gemelo toda su fuerza europeaoriental y toda su sabiduría ancestral. Más tarde me entero que además de actriz es kinesiologa y partera....suerte que no tuve contracciones porque lograba que naciera de mì algun ser con apariencia humana....
Desciendo las escaleras caracol de la castinera como una lisiada de guerra; mis brazos se apoyan a los costados y mi pierna izquierda salta escalones abajo en busca de tierra firme...desde lo alto localizo a un actor compañero de elenco de un proyecto frustrado hace tan sólo 5 meses y siento como si la ficción se apoderara de nosotros...MARGA Y HEBERT ,...Eugenia y Martín....
No sabiendo que actitud tomar, acepto la propuesta de HEB....aguardo a que haga su casting para otra publicidad y sentada en la escalera de mármol que conduce a la calle pienso en las inmensas posibilidades que me otorga este día pleno de sobresaltados acontecimientos... ¿Quien se ocuparà de retirar a mi hijo de la escuela?¿Quién lo llevarà a su consulta terapeútica? ¿Que hare con el gemelo que me lacera el alma? Martìn toma la decisión y me acompaña en la que de ahora en más sera la historia de un día muy agitado:
Taxi hacia acupunturista chino sobre la calle Sarmiento y Acuña de Figueroa...desciendo junto a Martìn que oficia de enfemero...una china que se asoma desde el local de una dietética, nos informa que el doctor se ha retirado...pero viendo mi patético estado de emujer flamenco me pone al teléfono con el facultativo oriental que sin verme ni comprender demasiado el castellano trata de entender lo que me sucede...solo comprendo la palabra *indice * y *Kinesiologica* que no entiendo como aclaran mi cuadro clínico ante sus conceptos orientales de salud y bienestar...Combino una cita para mañana a las 10 am. Subo con mi compañero y camarada a un nuevo taxi y nos dirijimos hacia el Instituto del Callao , donde recuerdo haber ido de guardia por mi obra social en más de una oportunidad , hace unos cuantos años...En el taxi , Martìn me entretiene con sus historias cómico-trágicas y me la hace pasar muy bien, a pesar del dolor que apodera mi pantorrilla y más allá, el calor sofocante que proviene de la calle, el tránsito porteño en su más alto exponente de intolerancia y prepotencia...LLegamos a la esquina de Callao y Lavalle, me tomo mi tiempo para descender y con Martín hacemos unos intentos muy ampulosos de sostenimiento para mi caminata...siento como si yo lo llevara a él en lugar de él a mí... A los saltos y sostenida como puedo , mi compañero me deposita en una silla y se dirije a recepción con mi credencial y documento...en una actitud de rebote, vuelve donde yo me encuentro postrada y me dice que la empleada le informa con un gran desgano, equiparable a mi angustia que no hay guardia traumátologica y que para ello debo dirigirme al Sanatorio Anchorena...Me incorporo de la silla, Martìn me toma por mi brazo derecho, al tiempo que un hombre mayor con bastón blanco entra por la puerta principal y dirigiendose hacia nosotros le pide a mi compañero que le indique la recepción....mi Hebert-Martìn trata de tomarlo por el brazo, y en una maniobra sincronizada y en simultáneo me desequilibro al tiempo que el no vidente se desprende molesto de la mano que lo quiere guiar...Me tiento de risa y no sé si se debe a mi propia estampa de mujer-tero o al involuntario gesto de Martìn que señalando con su dedo índice e indicando al anciano:-¡ Es por allá!(sic). Salimos como podemos, conteniendo las risas del Callao. Estamos nuevamente en la calle con la mano extendida hacia un taxi, la pierna derecha enarbolada como bandera, mi brazo derecho sobre el cuello de Martín y unas ganas locas de que esto tenga un final feliz...Martìn no deja de soprenderme, festeja el hecho de tener bastante disponibilidad en la tarde para hacerse cargo de mì, de tener varios viajes en taxi que le dan la oportunidad de contarme sus historias (que tambièn tienen sus ingredientes catastróficos). Llegamos en taxi a Anchorena y Pueyrredòn...a esta altura he recorrido varios barrios porteños y he dispensado dinero a raudales a los taxistas porteños. Descendiendo dificultosamente del taxi, un hombre vestido de invariable ambo oscuro...nos recibe y nos ofrece que esperemos a la llegada de una pronta silla de ruedas...La población que acude al sanatorio, esta ambulatoriamente complicada, y es tal vez ésta la razón por la que la prometida silla ortopédica no llega , y tan sólo las disculpas de este *mariscal de campo* quien intenta junto a mi compañero de correrias auxiliarme en la caminata hacia la guardia...pero es HEBERT-MARTIN quien en una maniobra resuelta y caballerosa, me carga en sus brazos; la doble puerta vidriada de la entrada se abre de par en par y en una imagen pocas veces igualada soy conducida en andas y a la voz de: ¡Al fin solos! Me rio junto a mi compañero de las circunstancias que nos obligan a actuar todo el tiempo...
El resto es más de lo mismo y un poco de variantes también...Credencial, documento, recepciòn...espera...aparece una silla de ruedas que me otorga una independencia única. Consulta médica, ecografía, ecografista que me admira la masa muscular de mi gemelo quien dicho sea de paso es más que generoso, vuelta al consultorio, medicacion, recomendaciones, y adios pichu...Adiós MaRTÍN heB ert...te libero de esta responsabilidad y me quedo a la espera de mi marido quien está viniendo a buscarme con nuestro hijito a cuestas...Ay...que soledad la mía ...me veo en el reflejo de las superficies brillosas del hall del Sanatorio Anchorena, donde no todo lo que brilla es oro , como en todas partes del mundo...ni todo lo que refleja es bienestar.
Sola, en una silla cromada con ruedas, en el centro de un lugar donde la gente se traslada de un sitio a otro...me detengo a pensar en como un dìa cualquiera puede alterar la rutina de la vida, por la única razón de no haber desayunado en el momento adecuado....

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